jueves, 5 de diciembre de 2013

Desastres ecológicos de la Unión Soviética. Capítulo 1: Norilsk

Norlisk, la realidad de un mundo gris.


A finales de la década de 1920, la Unión Soviética implantó un nuevo sistema económico cuyo objetivo primordial era el de sacar al país de la pobreza en la que se encontraba sumido y colocarlo entre la nomina de las grandes potencias occidentales. Esto pasaba por iniciar un intenso proceso de industrialización dirigido desde la cúpula del Kremlin que no tardaría en dar sus frutos: récords de producción agrícola, minera, metalúrgica…Sin embargo, el correr de los años demostraría que todos aquellos récords de producción han quedado empañados por una realidad mucho más tangible y dramática, el daño irreversible causado al medio ambiente

OMS. Contaminación mundial
Situada al norte del círculo polar ártico, la ciudad de Norilsk recibe a sus visitantes con unos cielos plomizos que no amenazan la descarga de las habituales ventiscas de nieve siberianas, sino de un fenómeno atmosférico terrible y mortal causado por la acción del hombre, la lluvia ácida. En efecto, este tipo de lluvia contaminante es habitual en la ciudad y sus alrededores, lo que ha hecho que no exista un solo árbol en un radio de 48 kilómetros desde el centro urbano. Además de ese radio mortal para la flora, existe un perímetro aún mayor, que hacia el sur alcanza los 200 km desde la ciudad, de territorio fuertemente contaminado.

Desde su fundación en 1935, en pleno terror de las purgas stalinistas, la ciudad de Norilsk ha centrado su modus vivendi en la actividad minera, en concreto, en la extracción de níquel, un mineral imprescindible para el desarrollo de la industria pesada soviética que se implantó durante los Planes Quinquenales de Stalin. A tal fin, se movilizó a 350.000 prisioneros políticos que fueron reubicados en la zona, convertidos en mano de esclava para las minas de níquel. Sobra decir que estos “esclavos del gulag” vivieron y trabajaron en condiciones infrahumanas para levantar la industria pesada en Norilsk.

Norilsk en el mapa.

En la actualidad, la ciudad cuenta con unos 200.000 habitantes que resisten estoicamente las dificultades que entraña vivir por encima del Círculo Polar Ártico (dos meses de noche perpetua al año, temperatura de hasta 50º bajo cero, ventiscas, etc.), a ello se unen los nuevos datos que sitúan a Norilsk a la cabeza de la contaminación mundial: el 8% de la contaminación total atmosférica de Rusia se produce en esta ciudad, y el 1% de las emisiones mundiales de dióxido de sulfuro.

La combinación de todos estos elementos ha hecho que la ciudad sea considerada por las Naciones Unidas como “la peor ciudad para vivir”. La esperanza de vida de los habitantes de Norilsk es de 46 años, y es frecuente la proliferación de enfermedades congénitas y del cáncer, derivados de la contaminación del aire y del agua de la zona.



Norilsk, a fondo.

2 comentarios:

  1. Muy bien explicado. Todos debemos tomar conciencia de lo importante que es cuidar el medio ambiente y gracias a posts como este podemos enterarnos de lo "bueno" que fue el comunismo.

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  2. Cierto que la Historia Contemporánea me parece muy interesante de por sí, pero creo que este tipo de enfoques, alejados de los contenidos típicos, son una fuente increíble de motivación para el alumnado.
    Me encanta vuestro blog.

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